Alguien dijo una vez que la cuarta guerra mundial sería con palos y piedras, y poco le faltó para dar en el clavo. La raza humana ha cometido errores desde el principio de su existencia, unos graves, otros no tantos. El poder, la avaricia, la ansiada necesidad de poseer y conocer todo aquello que deseaban, aquellos costosos proyectos o caprichos que a menudo acababan siendo un desastre, llevaron a la humanidad al borde de la extinción.

La poderosa Rusia lanzó un ataque nuclear a USA en febrero de 2018, quien iba a imaginar que su ya antigua rivalidad iba a acabar así, con tal atrocidad. Inmediatamente la OTAN organizó un contraataque contra casi todo oriente. Querían y necesitaban evitar cualquier otro ataque, sobre todo de tal calibre. Tras ello, oriente pronto reaccionó, no con todo el poder que hubieran deseado, pero el suficiente como para destruir todo cuanto querían. El 23 de marzo de 2018 se lanzó el último ataque desde Europa, alcanzando con éxito lo poco que quedaba "vivo" en la tierra.

El mundo entero cayó, el gobierno de cada uno de los países, incluso los menos afectados por la guerra, desaparecieron. Murieron millones, no solo por los ataques, si no también por el hambre y la sed días mas tarde, muy pocos sobrevivieron. La tierra estaba contaminada y destruida, la capa de ozono estaba realmente perjudicada, y la tierra lloraba mostrando sus lágrimas con fuertes desastres naturales, sobretodo durante el primer año. Se tenía que vivir bajo tierra o en el océano, donde f

Actualmente, tres años después de la tercera guerra mundial, parece que la raza humana sigue sin haber obtenido su merecido. Viven en búnkeres y han conseguido construir pequeñas ciudades y comercios con la chatarra que quedó del mundo anterior, incluso tienen una moneda de pago. La raza humana sigue en pie, con menos de la mitad de la población mundial que se tenía antes de los ataques.

Pero lo que tampoco ha muerto es la guerra. No les ha importado el haber perdido casi el 100% de lo que poseían, no la han dejado atrás. El Gobierno intenta dar caza a los contagiados para extinguirlos y, según ellos, eliminar cualquier posibilidad de que sigan los mutantes en el planeta, capturan a los inmunes como si fuesen animales para extraer la cura sin importar que les arrebaten la vida. Mientras tanto, la organización científica W.A.T.I lucha contra el gobierno, da cobijo a los inmunes y ayuda a los contagiados a sobrevivir el día a día. Esta organización extrae células de los inmunes que paran el desarrollo del virus en los contagiados, sin hacer daño a nadie.


Sin duda, hay personas que creen que la vida volverá a ser como antes y luchan día a día para que sea así, pero no todo es de color rosa. Hay muchos peligros en la superficie, peligros que son humanos y otros que no lo son, peligros que unos pocos conocen, mientras que otros no saben de su existencia. Pero nadie está a salvo, nadie, porque el peor peligro es silencioso.

Me llamo Katharine Nicholls y tengo 28 años. ¿Quieres que te platique un poco sobre mi vida y la zona donde vivo? Vale. No hay mucho que contar, vivo en un refugio ubicado en Los Ángeles. Sé que la muralla que lo rodea fue construida en cuanto comenzaron los ataques al otro lado del país y que también hay otros refugios similares al de nosotros, pero sólo en California y creo que en Nevada, ningún otro lugar es habitable en Norteamérica... Eso es muy triste.

¿Cómo luce? Bueno... no es nada comparado con lo que fueron Los Ángeles hace poco más de una década, ni siquiera una sombra. Estamos ubicados en el centro del la ciudad, y la muralla a nuestro al rededor es muy alta y muy, muy gruesa. Adentro, hay casas, unos cuantos edificios y uno que otro negocio.

Afuera no hay mucho que ver, las casas y los edificios están destrozados, vivimos en un desierto en ruinas. Es un poco menos desastroso dentro de la muralla, pero no hay tanta diferencia. Hace un par de años todavía se veían los cadáveres de las personas que fueron demasiado lentas como para llegar a uno de los principales refugios, ahora, si tienes suerte, podrás ver los huesos amarillentos y cubiertos de polvo de algunos de los antiguos cadáveres. Es todo un paisaje, créeme.

¿Que si hay peligros? Hay muchos, sinceramente. ¿Pues en qué mundo vives, hombre? A veces desearía que únicamente fuesen las ruinas lo que la guerra dejó, pero no es así. Durante los primeros años comenzaron a haber enfermos que perdían la conciencia y comenzaban a atacar a las personas, eran como caníabales, Fueron expulsados de sus refugios, abandonados a su suerte en el exterior de las murallas, pero fueron tantos que ahora hay zonas muy peligrosas allá afuera. Los científicos de W.A.T.I. dicen que son mutaciones que se deben a la radiación que se produjo en la guerra, y que probablemente sigan mutanto aquellos que portan la enfermedad.

¿Qué más sé sobre W.A.T.I.? No sé mucho, sólo que ayudan a los contagiados a que no continúe la enfermedad y que tengan una vida normal, dentro de lo posible.

¿Me estás diciendo que tú formas parte de W.A.T.I. y que si soy inmune puedo ayudar? Claro que acepto a realizarme la prueba, todo con tal de ayudar a que mi hermana sobreviva.


—Pobre ilusa...