La enfermedad de Mozog
Conocida coloquialmente como "la enfermedad de guerra" o simplemente "la enfermedad", se originó con la cantidad brutal de radiación durante la Tercera Guerra Mundial, la cual abarcaba prácticamente todo el planeta, y afectó a toda la población sobreviviente a los ataques. Por lo tanto, la enfermedad no tiene más de 10 años existiendo.
Se trata de una mutación en la genética y que afecta al cerebro, el cual se ve invadido por una especie de tumor que va creciendo y afectando todas las zonas del mismo, produciendo cambios físicos y en el comportamiento, dependiendo de lo avanzada que se encuentre. Se van sufriendo desde dolores de cabeza y de cuerpo, hasta protuberancias que abarcan de la cabeza a los pies, deformando por completo la antamía. En las fases más avanzadas, la persona enferma pierde totalmente la consciencia y se vuelve muy peligrosa y amenazante para el resto.
Manifestación
Absolutamente toda la población, a excepción de los inmunes, puede presentar la enfermedad de Mozog. Sin embargo, se puede vivir perfectamente de forma normal sin que se presenten los síntomas, ya que no todas las personas se han visto expuestas al peligro. Para que se desarrolle, existen dos opciones:
• Cuando se respiran ciertos gases tóxicos que llegan hasta el cerebro y "activan" la enfermedad.
• Si la madre y/o el padre han desarrollado la enfermedad. Se transmite genéticamente.
Inmunidad
No nacieron personas con esta condición antes de la guerra, más bien, se podría decir que, de cierta manera, también están enfermos y se hicieron inmunes. Fueron afectados por la radiación, pero de una forma inversa, es decir, su cerebro desarrolló una sustancia que inhibe el crecimiento de los tumores y cambios producidos por la enfermedad de Mozog, por lo que jamás presentarán dichos síntomas. Es esa sustancia la que buscan W.A.T.I. y el gobierno.
Para saber si se es inmune, un pequeño aparato con una aguja se inserta rápidamente en la nuca, molestando igual que un pequeño pellizco, y en la pantalla saldrá si se posee o no dicha sustancia en la sangre.
Cura
No existe una cura actualmente, lo único que se ha logrado saber es que de los inmunes se puede obtener la cura.
TOXICITY
Fases de la enfermedad
Primera fase
■ Se presentan dolores de cabeza muy intensos e incapacitantes, se sienten como punzadas, en ocasiones provoca que se pierda la vista por unos cuantos segundos o minutos y se siente dolor en todo el cuerpo, como si se hubiese sido apaleado.
■ Pueden presentarse episodios incapacitantes desde 1 vez al mes hasta dos o tres veces por semana o más. Además, al no haber mutaciones visibles, suele confundirse con una muy fuerte migraña.
■ El enfermo se vuelve más irritable al entorno y prefiere la oscuridad y el silencio.
■Si se suministran las monodosis, los síntomas se reducen considerablemente, incluso llegan a desaparecer durante un buen tiempo y sólo se presentan de nuevo, con mayor intensidad, cuando se necesita una dosis nueva y, en caso de no recibir ninguna durante 6 meses consecutivos, la persona entra en un estado de coma.
■ Si existiese una cura definitiva, podrían sanar.
Nota: Esta fase es la única jugable, ya que para pasar a la siguiente no hay un tiempo estimado, pues depende de si se han administrado las monodosis con regularidad o no, y varía de persona a persona.
Segunda fase
■ Se despierta del coma, pero con una pérdida total de la consciencia.
■ Son llamados ya mutantes, pues presentan algunas deformaciones físicas que pueden ser protuberancias en varias zonas del cuerpo, más o menos como grandes tumores.
■ Pierden la capacidad del habla y únicamente salen gruñidos y gritos de su boca.
■ No hay moralidad, no hay dudas, no hay recuerdos de lo que fueron antes ni de las personas que apreciaban y se vuelven muy agresivos. Solo buscan satisfacer el hambre, y lo harán con cualquier cosa que se mueva, es decir, desde insectos y animales, hasta humanos.
Existen dos tipos:
■ Tipo A: Se puede apreciar la muerte en ellos, pues la falta de alimento los está matando y se vuelven extremadamente pálidos y delgados. Se vuelven lentos y torpes pero siguen siendo regidos por la necesidad de comer. Su mordedura es peligrosa si no se atiende a tiempo, pues sacarán fuerza de donde puedan para alimentarse si se les presenta una buena oportunidad, incluso algunas veces se llegan a pasar quietos en el mismo sitio varios días esperando que pase su presa. Suelen morir si no consiguen alimentos. Son los más abundantes.
■ Tipo B: Su fuerza es superior a la de una persona sana, y sus mordiscos y golpes pueden llegar a ser letales. Es físicamente mas resistente, y aunque pueda lucir alguna deformidad suelen correr mucho. Son altamente peligrosos, pues se han alimentado lo suficiente para obtener fuerzas. Son los únicos que pueden llegar a la tercera fase y, aunque no son tan abundantes como el tipo A, suelen ser peligrosos para alguien solitario o un grupo pequeño.
Tercera fase
■ La enfermedad en su total esplendor, la menos común y la más peligrosa.
■Su cuerpo ha sido deformado casi en la totalidad, aumentan 4 veces su tamaño y su fuerza.
■ Son grandes bestias, siquiera parece que antes hayan sido humanos de tantas protuberancias y cambios que tienen en el cuerpo.
■ Jamás nadie has sobrevivido a sus ataques, y aunque son los menos abundantes, son muy peligrosos para solitarios y grupos pequeños.
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